La resiliencia radica en nuestra capacidad para enfrentar las emociones

En un mundo tan convulsionado como el que nos ha tocado vivir…¿te has preguntado por qué el término ‘Resiliencia’ ha cobrado tanta relevancia? La resiliencia no es simplemente la capacidad de soportar la presión; es también la facultad de adaptarse y crecer a pesar de las dificultades. “No se trata de evitar el dolor o las dificultades, sino de aprender a enfrentarlos y superarlos. Pienso que cada vez las personas somos más conscientes de lo importante que es ser resiliente, trabajar en nosotros mismos, el autoconocimiento y aprender a gestionar nuestras emociones”, afirma Patty Gómez (@pattygomezcampo), coach y terapeuta espiritual.

Algunas personas parecen tener una disposición innata para ser resilientes, mientras que otros aprenden esta habilidad a lo largo de la vida cuando se van presentando obstáculos inesperados, desilusiones y momentos de profundo dolor que todos vivimos. “La resiliencia, esa capacidad increíble de recuperarse de las adversidades, es el faro que guía nuestro camino hacia la superación personal y que nos hace aceptar y enfrentar la realidad tal como es”, asegura Patty.

Hacemos énfasis en lo anterior porque a menudo nos aferramos a la idea de cómo deberían ser las cosas y nos resistimos a aceptar la verdad. La aceptación, según nuestra experta, nos libera del sufrimiento innecesario y nos permite ver las situaciones con claridad. Solo cuando enfrentamos la realidad, podemos comenzar a tomar medidas para cambiarla.

Pero ser resilientes tampoco significa que siempre debamos ser positivos en todo momento. Se trata más de cómo respondemos a las adversidades que de sentirnos positivos todo el tiempo. “Pensar y actuar en positivo ayuda mucho; los pensamientos son a la mente y las emociones son al cuerpo, entonces si cambias el pensamiento, cambia la emoción y por ende cambia la actitud”.

Sin embargo, es completamente natural experimentar una gama completa de emociones, incluyendo la tristeza, la ira o la frustración, cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles. La clave de la resiliencia radica en nuestra capacidad para enfrentar esas emociones, aceptarlas y aprender de ellas, en lugar de quedar atrapados por la negatividad.

Según Patty Gómez, estas son las ventajas que puede traer a nuestras vidas el ser o aprender a ser resilientes:

• Mentalidad positiva: La forma en que interpretamos las experiencias adversas juega un papel crucial en nuestra capacidad para superarlas. Cultivar una mentalidad positiva no significa negar el dolor o la tristeza, sino encontrar el lado positivo incluso en las circunstancias más oscuras. Esto hará que desarrolles la gratitud por lo que tienes y aprendas a ver los desafíos como oportunidades para crecer, aprender e influenciar a otros.

• Construcción de relaciones fuertes: Las conexiones humanas son un bálsamo para el alma. Tener relaciones sólidas y de apoyo puede marcar la diferencia en nuestra capacidad para recuperarnos de las adversidades. “Cuando enfrentamos dificultades, estamos compartiendo nuestros sentimientos y pensamientos con personas de confianza, y eso puede aliviar el peso emocional y proporcionar perspectivas muy valiosas”.

• Desarrollo de la autoestima y la autoaceptación: La resiliencia florece en terreno fértil de amor propio, por lo tanto, propicia la fuerza necesaria para enfrentar críticas y desafíos. “Esto es muy valioso a la hora de afrontar el bullying, por ejemplo, ya que cuando nos valoramos a nosotros mismos, nos sentiremos menos afectados por las opiniones negativas de los demás y seremos más capaces de superar los obstáculos con confianza y determinación”, concluye Patty.

• Usar las adversidades para aprender: Cada desafío trae consigo una lección valiosa. La resiliencia implica usar las dificultades como lecciones para crecer. En lugar de ver los fracasos como señales de nuestra ineptitud, podemos verlos como pasos en el camino hacia el éxito. Las personas resilientes ven las dificultades como oportunidades para aprender, adaptarse y mejorar.

• Cultivar la autocompasión: Ser amable y compasivo con uno mismo es esencial para superar las adversidades. En lugar de castigarnos por nuestros errores, debemos tratarnos con la misma amabilidad que lo haríamos con un amigo cercano. La autocompasión nos ayuda a mantener una actitud positiva incluso en medio de desafíos abrumadores.

¿Se nace resiliente o se aprende a serlo?

“Todos los seres humanos tenemos resiliencia, uno más que otros, como todo en la vida, pero es algo que se debe trabajar constantemente. Son muchos los factores que intervienen, genética, entorno, la vida personal. No todos crecemos con las mismas condiciones y situaciones, y esto afecta a cada individuo. Por eso no todos reaccionamos igual ante una misma situación y circunstancia”, aclara nuestra coach y terapeuta espiritual, quien nos hace un listado de las alternativas mediante las cuales podemos desarrollar la resiliencia en nuestras vidas:

• Libros y recursos en línea: Hay una gran cantidad de textos que ofrecen consejos prácticos y estrategias para desarrollar la resiliencia. Los recursos en línea, como blogs y videos, también pueden ser útiles.

• Programas de desarrollo personal: Muchas organizaciones y especialistas en el tema ofrecen talleres y seminarios que enseñan habilidades de resiliencia, manejo del estrés y autoaceptación.

• Grupos de apoyo: Participar en grupos donde las personas comparten sus experiencias y estrategias puede ser muy alentador y educativo.

• Coaching espiritual: Son personas entrenadas en el arte de proporcionar orientación y apoyo personalizado para desarrollar la resiliencia y alcanzar objetivos personales y profesionales.

El último punto es el más recomendado para aquellas personas que no se sienten capaces de actuar de manera resiliente por sí solos. “Siempre he pensado que todos deberíamos buscar al menos una vez en la vida apoyo profesional, porque sin excepción todos somos huérfanos emocionales que hemos atravesado por situaciones que implican un duelo, tales como la muerte, un divorcio, perder un trabajo, un amigo, en fin”, sentencia Patty, agregando que, para poder ayudar a otros, ella misma tuvo que hacer uso de sus experiencias personales: “El momento más triste y duro de mi vida hasta ahora, ha sido la enfermedad de mi mamá. Ella tiene Alzheimer y demencia, dos enfermedades muy complicadas. Ha sido un trabajo personal de mucha aceptación, paciencia y amor. He hecho uso de todos los recursos, herramientas y también tuve acompañamiento de dos terapeutas. Aún sigo trabajando en ello. Es parte del aprendizaje que vine a vivir y como tal, lo honro, independiente de lo doloroso que ha sido”.

Como dijo Buda, “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”. Eso mismo es la resiliencia, un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal que nos enseña que somos más fuertes de lo que creemos y que, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar luz y esperanza. Al abrazar nuestro poder interno para superar desafíos, podemos transformar las adversidades en oportunidades y florecer en la vida.